Volver

Quiero volver. Quiero un felpudo en la puerta que reconozca mis pasos y los eche de menos, quiero un abrazo de los que dejan sin aliento, una mano tendida, un “quédate” sin necesidad de palabras. Quiero un hogar al que volver, unas huellas que me recuerden, una piel que aún guarde un rastro de mi tacto.
Siempre que llego a casa es noche cerrada. Aunque a veces sea de día. Mi gato se enrosca en mis tobillos con la responsabilidad del que sabe que es el único a quien permito verme llorar. Maúlla y se pasea elegante entre los cascotes que ambos conocemos de memoria. Mi casa es una escombrera que se va llenando sin ruido y sin disimulo, expulsando de mi alcance toda posibilidad de acogida. Los pies mojados y la tramontana amenazan desde mi habitación y, en la cocina, el frigorífico me recuerda que está dispuesto a conservar, a temperatura óptima, toda la miseria que sea capaz de amontonar en sus baldas.
A veces, de madrugada, cierro los ojos e imagino un lugar al que volver pero siempre terminan por despertarme las pesadillas de los caminos que abandoné, que me exiliaron, que ya no sé recorrer. Y ensayo una sonrisa y una pose que tengo adherida a la piel, a las manos con las que dibujo una ficción con mi propio nombre. Nada duele si nadie te ve llorar, nada hiere si ocultas las heridas.
A mi alrededor todo es nuevo, frío y aséptico, todo está desinfectado de cualquier pasión que se te agarre a las rodillas. Una vez, hace semanas, me temblaron las piernas. Hoy el tiempo se me amortigua en saber que seguirá adelante sin mí, cuando abras los ojos de nuevo, será mañana. Y no tendrás lugar ni manos a las que volver. Y seguirás, disfrazada de mimbre, pero no habrás avanzado ni un ápice.
5 comments:
Nada duele si nadie te ve llorar, nada hiere si ocultas las heridas...
yo creo que nada de esto se adivina si impides que te miren en las profundidades de las pupilas, sino estás perdida.
Tampoco yo he encontrado tu correo, pero te dejo el mío: farandwell@gmail.com
En el fondo, pocos son los caminos que pisamos y que no mantienen nuestras huellas, aunque a veces, desde lejos, los veamos asfaltados. Pero no es facil sentirse especial cuando hay muchos como tú, cuando estás repetido, seas prota o camino.
Quizás por eso hay gente que no ve un lugar al que volver, no porque no tenga un felpudo aguardando, sino porque tiene muchos.
hasta ulises soñaba con volver a algún lado, pero un lugar imaginario que no tenía nada que ver con el lugar que le esperaba a su vuelta. Volver es, en realidad, engañarse un poco, distorsionando los recuerdos para hacerlo todo un poco mejor..
por eso duele
Volver... es lo que hago constantemente a tu blog, volver y volver.!
Me encanta lo que escribes, me encanta tu manera de expresarte y lo fácil que es entenderte, lo necesario que es a veces copiarte, en pensamientos... Me encanta leerte y, volver, constantemente =)
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