Al final
Al final siempre terminas por volver a enredarme entre tus dedos, velas apagadas esperando el soplo adecuado para estallar en unas llamas que nunca calientan lo suficiente. Sonríes de soslayo, silbas entre las aurículas y me retienes al pasar. Vas vertiendo palabras en mi oído, silabeando despacio mi nombre y mi apellido, como si me desnudaras. Derramas imágenes difusas en mi retina y luego las agitas una madrugada cualquiera, como si no pasase nada. Aunque siempre termine por pasar.
Yo ayudo a ello, claro, me dibujo en tu camino, me visto de blanco y ando de puntillas jugando a no hacer ruido. Evito tus ojos pero apuntillo los labios mientras sonrío al compás con el que martillea el paso de los días. Cruzo los dedos bajo la mesa y le pongo escuadra y cartabón a las palabras. Te soplo en la nuca evocando gestos bajo las sábanas, como si no pasase nada. Aunque siempre termine por pasar.
Y las noches de verano pintamos de nuevo la ciudad que creemos antigua. A base de ron y azúcar encharcamos los cristales de sonrisas que juegan a no doler. Durante un rato. Y vamos dando pasos pequeños, minúsculos, como si no pasase nada, hasta que la piel choca. Y estalla.
es bonito recorrer ese camino, más que llegar a un final que, lo quieras o no, siempre es un poco repetitivo. Mucho mejor ese jugar a perseguirse, a dejarse coger para intentar escapar después...
somos débiles o nos gusta así?
¿Por qué tengo siempre esa sensación de familiaridad cuando te leo? ¿Y cómo escribes tan y tan bien?
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