Tiembla, como si fuera la primera vez, como si fueras a largarte después, y no quisieras...Noto la desesperación en cada roce de los labios, en las dentelladas, la urgencia porque la ropa llegue al suelo, por besarle la piel, por borrar las huellas de mi caída. De mi perpetua estancia en los barrancos. Y a través de las escalas de sus vértebras, es la única forma que tengo de subir, de no condenarme a un destierro, buscado y merecido. Como si disolviéndome aquí, sobre el suelo del salón, consiguiese purgarme de toda la mierda que llevo inyectándome en vena, desde que me propuse romperme en todas y cada una de las posturas. Cuando me creo a salvo de mis propias sombras, cometo el error de mirarle a los ojos. Para ahogarme descubriéndolos sin fondo. Ni un sólo chaleco salvavidas. Ni una plataforma petrolífera. Y sólo sé decirle que me bese. “Bésame”, como si no me importase que lo hiciese o no, bésame aunque/porque no sabes que es una llamada de auxilio, bésame y olvida un instante que tienes el mañana esperándote en el quicio de la puerta, ansioso porque termines de una vez conmigo y te marches. Pero yo sólo sé aferrarme a su piel, y de nuevo, bésame, bésame otra vez, deja pasar unos minutos recorriendo en mi cuerpo, a labios descalzos, los caminos que andarás como si quisieras que los desgastásemos juntos. Concédeme el pensar mientras me desnudas que realmente te tengo, que te importo lo suficiente como para que esto pueda estremecerte. Para que por un segundo pueda creer, como si de un dogma se tratase, que ese temblor lo producen mis manos y no la misma ventana mal encajada de siempre. Dame la licencia apropiada para ser ingenua y volver a contarme los mismos cuentos en los que un beso era todo lo que necesitabas saber, y las mariposas vivían en los estómagos y todos los días había luna llena, donde no había mentiras que necesitásemos creer ni venenos lentos sustentando caricias. Déjame creer que realmente me quieres, al menos hasta que me despierte y te hayas ido.
Y a disfrutar Aste Nagusia aquellos que vivís por aqui cerquita...