Primera persona del plural
Hace tiempo que me prometí dejar de contar estrellas cuando me supuraban las cicatrices, siempre acababa cruzando los dedos a destiempo y arrojando recuerdos contra las rocas más afiladas. Ya sabes que nunca me gustaron los números impares y mejor ahogarlos en salitre que tatuarlos bajo las uñas. Que al final todas las notas suenan con las mismas letras. Pero también sabes que nunca cumplo las promesas que me hago a mi misma y que siempre se me termina escapando la sonrisa. Una estrella, dos estrellas y unos ojos.
Nuestra ola, con base a la izquierda, fue construyéndose con números pares que yo me empeñaba en deshilachar a base de razones que nunca supe explicar(me) demasiado bien. Un reflejo excesivamente inexacto de mis manos en tus pupilas o el cajón de-sastre deshecho en el pentagrama de tu espalda. O el miedo a que mi araña fuese también tuya a base de hacer de este lugar mi casa. También recuerdo haber dicho que no era el momento, como si los instantes creciesen en racimos por encima de nuestras cabezas y hubiésemos elegido el incorrecto. Valió la pena el atracón hasta encontrar la llave perdida, esa que llevó de puntillas a la primera persona del plural.
Demasiadas películas acaban con atardeceres, así que yo quise escribirte un cuento que empezase con uno, sólo por llevar la contraria. Para demostrar que algunas leyes de la naturaleza se equivocan. A veces, si se quiere de verdad, se puede volar con un beso.
Nuestra ola, con base a la izquierda, fue construyéndose con números pares que yo me empeñaba en deshilachar a base de razones que nunca supe explicar(me) demasiado bien. Un reflejo excesivamente inexacto de mis manos en tus pupilas o el cajón de-sastre deshecho en el pentagrama de tu espalda. O el miedo a que mi araña fuese también tuya a base de hacer de este lugar mi casa. También recuerdo haber dicho que no era el momento, como si los instantes creciesen en racimos por encima de nuestras cabezas y hubiésemos elegido el incorrecto. Valió la pena el atracón hasta encontrar la llave perdida, esa que llevó de puntillas a la primera persona del plural.
Demasiadas películas acaban con atardeceres, así que yo quise escribirte un cuento que empezase con uno, sólo por llevar la contraria. Para demostrar que algunas leyes de la naturaleza se equivocan. A veces, si se quiere de verdad, se puede volar con un beso.
Que foto madre mía!¡
Me gusta esta vuelta de vacaciones y me gusta ver que los atardeceres anuncian continuaciones.
Sigue así y, ahora sí, hasta pronto.
Lo que queda,es con lo que recomienzas...
Puede ser un atardecer,pero siempre nos llevamos algo de esa pequeña "vida",con prólogo y epílogo propio que transcurre en un tramo de nuestra existencia.
Vine a leerte,como un chico antes de ir a dormir.
Tienes ese don.
Abrazos
Nestor
siempre me sorprendió el tremendo parecido que hay entre el amanecer y el atardecer.. aunque sean en polos "opuestos". Quizá existe una belleza conjunta en el aparecer y en el desaparecer.
un abrazo.
Malo si un beso no te hace volar. O dar un saltito al menos.
Y en mayúsculas...que sea tan grande que duela para que dure el vuelo.
Me alegro de tu regreso y qué regreso...
Besos
Me encanta el texto!!!
Y prométeme a mí mismo que te prometerás a ti misma muchas sonrisas...Qué lío!!!
Y los de la foto vuelan, vuelan muuuuy alto, pero son audaces y saben que no deben acercarse al sol demasiado para que sus alas no se deshagan. Un ejemplo del que yo debo aprender si quiero volar de nuevo.
besos
Me encanta como rompes las leyes establecidas. Ni naturales ni hostias. Espero que aún guardes esa llave perdida.
Un beso, Sherezade
Sergi
Había olvidado lo bonitos que son las atardeceres en Cádiz, embellecidos por unas palabras que creas a medida.
En septiembre volveré también unos días a Barcelona a recuperar fuerzas, te veré antes, espero.
Petons
vuelve la izquierda de Mundaka y vuelves
Volar...aunque sea a ras de un sueño, la eternidad de los segundos cuando te alcanza un beso y todo a tu alrededor es una voz en off cada vez más lejana...
Empiezo a odiar el politono del despertador...
Magnífico blog, Sherezade
grande tu homenaje a esos días en esta costa que cada vez me duele más en los ojos por muchas razones. sigo en contacto con lolita, el bar de al lado, el que tiene esa pantalla tan grande para proyectar un corto del que ya he visto el premontaje...
gracias por tu visita y por esa foto tan bonita de un sitio igualmente precioso, como tus palabras.
Mis más sinceras felicitaciones: por la foto que, aunque no sea tuya (aun no tienes la capacidad de posar y hacer la foto al mismo tiempo, no?), es como si lo fuera, por el texto que hace volar sin besos, por tu regreso vacacional (aunque vuelvas a irte pronto) y por tu santo (otra vez) ya que eres la única persona que connozco que lo celebra :)
Así pues, ZORIONAK preciosa y a disfrutar de tu primera Aste Nagusia.
Y gracias, aunque no sepas porque :D
sin tú no hay nosotros...
sin nosotros, no hay nada
abrazos ausientes desde el norte
Shin... Con que me des un beso me vale ;)
Mamen... He vuelto con ganas, muchas, quizás demasiadas mamen :)
Natxo... Que ya era hora :)
Cronicas en hi-fi... Y simplemente sé darte una y mil veces las gracias :)
fer... quizás para aparecer haya que desaparecer un poco...
Manel... tienes toda la razón.
josean... nunca mejor dicho :)
Cascabel... ya le inyectaré unas pilas duracell ;)
Guille... tú nunca has dejado de volar :)
sergisonic... yo siempre llevo la contraria sergi, manías mías ;)
Jon... gracias :), nos veremos seguro.
el_hombre_que... no puedo volver mejor acompañada :)
Celia... gracias :) y habría que desterrar a los despertadores....
Efesor... de nada! Un placer!
Urko... muchíiiiiisimas gracias! por todo! (aunque no sepas ni la mitad) :D
pqueno... sin nada sólo hay frío...
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