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¿Y a ti aún te cuentan cuentos?

 

Mi abuela favorita


Mi abuela favorita me dijo un día que todo el que puede te defrauda alguna vez. Me pasó la mano por el pelo ensortijado y me explicó que lo importante no es el hecho de que te decepcionen sino la manera, el empeño en reparar el agravio y, sobre todo, la forma en que esa mácula se acoda, más o menos, en tus pupilas, cambiando las cosas.

Mi abuela favorita cumplió lo dicho. Se olvidó de mí cuando el alzheimer decidió hacer recuento, uno a uno, de todos sus recuerdos. Y no solo eso; se marchó la primera, obligándome a llorarla lejos de casa, donde jugábamos a la escoba y me acunaba siempre con esas manos que olían a leche y azúcar. Antes de irse, matizó la enseñanza esperando a que estuviese lista para atesorarla. Cuando lo necesitas -me dijo- siempre hay alguien que no esperas que estará a tu lado. Será una grata sorpresa que contará también con una sombra porque alguien no responderá y su ausencia magullará tanto la garganta que ese vacío terminará por ser más importante que todas las presencias.

Mi abuela favorita siempre terminaba por tener razón y yo heredé esa manía de ella. Así que lo supe desde el principio. Aunque a veces tentase a mi propia experiencia jugando a creer que las cosas no iban a ser como han acabado siendo. Aunque a veces te creyese a ti. Demostraste que los refranes se cumplen, que mi abuela jamás se equivocó y que yo tampoco lo hice. Demostraste que ya no queda quien pueda sorprenderme con un paso a traspié que me arranque una sonrisa; que las palabras no valen nada. Tú solo cumpliste letra a letra lo que se esperaba de ti.

“Yo al bucle de tu olvido, tú al redil de mis instintos”

Sonando: “Maldita dulzura” de Vetusta Morla. 
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At 8:50 a. m., Anonymous Anónimo said...

Esa mañana se alarga tanto con tus palabras que parece que se pudiera tocar el mar, o acariciar el cielo, algo así como darte un abrazo y oler tu pelo...
quedarse un buen rato en el cálido alborozo de tus brazos y luego
volver al mundo, con el poso guardado de tu dulzor, ese que heredaste de tu abuela favorita con
tanto cariño y con tanto amor...    



At 9:00 a. m., Blogger Curro said...

..y como las de tu abuela favorita, tus manos huelen a miguelitos de cabello de ángel y azúcar, más labios, más caricias, otra vez amor, y a vida,... que sí, que es felicidad, una curiosa y mortal enfermedad que ensayamos cuando recostamos la cabeza entre la yerba y las flores ...    



At 5:18 p. m., Anonymous Rigodón said...

http://www.youtube.com/watch?v=L1GAv4H9eoU    



At 1:41 p. m., Blogger Beauséant said...

creo que, en el fondo, los que nunca se equivocan siempre se equivocan, al menos, una vez...

es lo que hace interesante la vida, ¿no?    



At 1:12 a. m., Anonymous Urko said...

Todo defraudamos y nos defraudan pero tu abuela tenía razón en que lo importante es como intentamos arreglar lo que hemos roto. Eso a veces demuestra más que el error primero.

P.D. Barkatu, por todo.    



At 11:59 a. m., Blogger Vagamundo said...

Fragil naturaleza humana, que cercena tan despiadadamente las vidas.
Pero los sentimientos - esos, ¡no! - ésos siempre estarán vivos, mientras alguien vivirá reviviéndolos.
Y los cromosoma están ahí para demonstrarlo.    



At 3:39 p. m., Anonymous Anónimo said...

Hola Elena sin h :D He leído todas y cada una de las entradas de este blog, y estoy fascinada. Me encantaría poder hablar contigo, comentarte un par de cosas y en fin, pedirte permiso para publicar tus entradas por mi cuenta, en un video blog que estoy creando, SIEMPRE especificando que son tuyas Y NO MIAS, y el blog al que pertenecen. En cuanto leas esto podrías ponerte en contacto conmigo a través de este correo: swiper_22@hotmail.com. Muchísimas gracias! :)    



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