Retornable
Comenzaste a vestirte, con gesto casi descuidado, la ropa interior, una de tus eternas camisetas negras, los vaqueros. Yo había hecho lo mismo, semanas antes, en una huida que sé deletrear de memoria. Tú entonces me preguntaste si no iba a quedarme. Y yo, como siempre, impuse mi terreno seguro; la riada de tiempo, gestos medidos y palabras adecuadas no permite trazar puentes. Entonces me pareció el vals perfecto. Tú ansiabas borrar fronteras tan poco como yo. Yo no creía en el amor, ningún tipo de amor y tú renegabas de todas las primeras personas del plural. Era limpio. Era seguro y aún desde la distancia podía contemplar sin necesidad de agudizar la vista, decenas de redes a mi servicio. Hacía tiempo ya que desaprendí los pasos en falso.
3 comments:
Vestirse es siempre ocultarse bajo toneladas de cosas predefinidas, nunca busques la verdad en alguien perfectamente vestido (y peinado)
... y ni siquiera con los cuerpos desnudos (más que nada por si hay que tapar heridas).
bien escrito.
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