A ti mi niño. Y felicidades, claro. A los dos. Podría construirte un mosaico con todos los colores de tu sonrisa, incluidas las variables de las sonrisas a medias, que a pesar de lo que su nombre indica son aún más grandes al ser compartidas y tienen colores muchos más vivos, como el rojo piel con piel, el amarillo cosquillas (ya que conseguiste encontrarlas) o el azul de los días que han de venir. Podría hacerme una colcha con todos los instantes que me has recordado que estar aquí vale la pena, contando aquellos en los que me has sonreído las lágrimas o me has soleado las angustias, los bordes podría ribetearlos con todo ese tiempo que, aún a veces estando lejos, te has sabido meter bajo mi piel, para que no se colapsase el riego sanguíneo y no mutase el color de mis ojos. Podría tejer un mantel con las veces que has conseguido convencerme, no sólo de que puedo comerme el mundo, sino incluso de que puedo llegar a salvarlo. Hilaré servilletas a juego con todos los ánimos de todos los días, cuando allí o aquí, lograbas inyectarme la cafeína de tus manos elevándome, al lugar en el que todo está al alcance de la mano.
Así que al final, aunque a veces lo dudes, cubriste de sobra mis necesidades básicas: las sonrisas, el frío (sin ti) y el hambre (de ti). Y no sé si celebrar este día o aquél 19 de abril que nos vestimos de negro para no tener que usarlo nunca más a lo largo de los años, aquél día que comenzó el mejor de los pecados (el haberte conocido). O quizás celebrar un 16 de junio que se unieron la noche y el día para abrazarnos en una sonrisa. Sólo sé que parece que llevo toda una vida a tu lado… y aún me parece poco. Que podría construir una casa con todos los gracias que no me has dejado decirte, para mezclarlos con el cemento y asegurarte así que no sé caerá nunca. Ni aunque arrecie el viento de levante.
Que podría hacer todas esas cosas, pero me pasaría, como Penélope, toda una vida cosiendo. Y creo que si ella hubiese tenido a Ulises en la habitación de al lado, habría tejido a besos sobre su piel cada una de las noches que dormía a su lado. Mientras llega la noche, me escribiré en la piel que te quiero hasta componer el libro que siempre quise dedicarte. El que siempre, desde siempre, te mereces. Te quiero.
La foto, sé que es repetida, pero tenía que ser ésta.
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on 10 jun 2007 at 1:56 p. m..
You can skip to the end and leave a response.
Genial, perfecto, directo al corazón.
Que le jodan a los recursos lingüísticos :P
No tengo nada más que decir que esto:
Yo te quiero más :)
seguro q fue abril...
Un Saludo
Qué bonito.
un besote
Eso se llama amor y que se quite otras interpretaciones.
Precioso texto..
Enhorabuena por tu felicidad, por haberle encontrado...chin chin!
Dais mucho asquete! Y mucha envidia también :)
Precioso el texto, ya lo sabes.
Pásalo bien en la vuelta al sol y escribeme cuando vuelvas. Tengo ganas de cervecita :P
Penélope no existio.. sólo es una metáfora de aquello que a todos nos gustaría que fuese verdad..la espera eterna, el eterno retorno al hogar...
hermoso, hermoso, él tiene que estar muy orgulloso y muy feliz
:-D
va el abrazo
Precioso.
Salud/OS!
qué bonito escuchar palabras así, que te lean palabras así, que te digan cosas así.
sonic love
sergi
Menudas siestas me pegaría en esa colcha... :)
Me encantó...sencillamente bello!
Enhorabuena!
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