Cambios de entretiempo
Es como un temblor escalando con crampones de acero y doce puntas por tu columna desnuda, con las ganas descalzas, fuera de las mantas, aguardando a que la primavera llame de una vez a la ventana. Que hoy es el tercer día par de la semana y aún no hemos podido estrenar los zapatos de los domingos de sol. Cuando nos tumbamos en la hierba y comemos helado hasta que se nos derrite la tarde entre las manos. Pero hoy la ventana aún está desierta y tu sangre se convierte en sorbete de limón, fría y amarga, aunque la necesites en las noches de resaca, con copas de menos diluviando en tu almohada. Toda tu piel se transforma en un glaciar y notas como, poco a poco, vas perdiendo puntos vitales y se te tambalea el equilibrio. Supones, como dicen en la tele cada día, que el cambio climático de tu vida te acecha desde tantos cigarrillos en el cenicero. 
Y miras por la ventana y sólo ves la misma niebla de ayer, es una pena que este algodón de nubes no pueda devolverte a la infancia, a las manzanas de caramelo, tan pegajosas como algunos minutos, de esos que se desperezan en el reloj pero no terminan de amanecer. Y te esfuerzas, intentas no desconfiar del grisáceo de las paredes, del cielo, de tus pulmones o del reflejo invisible de tus pupilas en el mañana, pero no hay suerte, combina con demasiados colores como para pensar que es un adversario honesto.
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on 18 may 2007 at 7:39 p. m..
You can skip to the end and leave a response.
y tenemos pocas certezas, casi se pueden contar con los dedos de una mano, pero afortunadamente una de ellas es nuestra habilidad para crear microclimas en las situaciones más insospechadas, conscientes de que si por ella fuera la primavera no llegaría nunca. Y nos lanzamos a nuestra representación favorita, dispuestos a cambiar el cielo si hace falta para sonreír. Porque no estamos hechos para depender de factores externos, ni para derramar lágrimas por adversarios indignos.
No te preocupes... que llegue el buen tiempo es cuestión, precísamente de tiempo. Y llegará, no lo dudes. El quid de la cuestión está en saber que hacer y como alegrar el alma hasta que los días buenos lleguen. Pero me imagino que no será problema para ti. Solo párate a pensar un poquito, y encuentra ESA sensación interior. Y digo ESA, porque ya sabes a la que me refiero.
Salud/OS!!
tienes toda la razón el dice cambiar de color para sobrevivir, pero sólo es para poder engañarte con más facilidad, a veces de azul libertad, y otro de negro que encadena...
Un sorbete de limón que sirva de transición...., que las transiciones siempre son buenas :)
hoy estoy espeso..., los cambios no los soporto, los entretiempo me agotan porque sólo quiero jugar, me encanta como escribes aunque hoy no entiendo tus palabras y tus frases porque estoy demasiado denso.
Te volveré a leer mañana, a ver si se me pasa.
Besos
Me recuerda a una canción que me recuerda mucho a ti. Y no porque sea de Marea, que también, (creo que siempre que oigo a Marea me acuerdo de ti) sino por lo que dice, claro.
Eso querrá decir que este texto me recuerda a ti.
P.D. Con esto ya sabrás cual es:
De leña seca su ropaje
petenera su lamento
en carne viva el carruaje
que la lleva a sus adentros
la sonrisa despeinada de ir
en contra de los vientos
Ya veo que además de pretender crear un partido que derrote (de una maldita vez) a Azcuna también te dedicas a escribir.Y muy bien por cierto.
Qué mal repartido está el talento en este mundo!
muy buen blog, muy buen diseño. Felicidadees, de verdad
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