<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar.g?targetBlogID\x3d18701410\x26blogName\x3d%C2%BFY+a+ti+a%C3%BAn+te+cuentan+cuentos?\x26publishMode\x3dPUBLISH_MODE_BLOGSPOT\x26navbarType\x3dBLACK\x26layoutType\x3dCLASSIC\x26searchRoot\x3dhttps://sherezadecuentacuentos.blogspot.com/search\x26blogLocale\x3des_ES\x26v\x3d2\x26homepageUrl\x3dhttp://sherezadecuentacuentos.blogspot.com/\x26vt\x3d-385038471514110299', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>

¿Y a ti aún te cuentan cuentos?

 

Atisbos bilingües

Dice el maestro que al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver, que las comparaciones son odiosas y es complicado pasear por una ciudad en la que acechan retazos de un puzzle incompleto, buscando pillarte por sorpresa a la hora de dar el tiro de gracia. El problema es que existen veces que obligan a un regreso veloz, con la misma rapidez con la que una gota de agua se dispersa por los cristales de un coche, a toda velocidad, pero un regreso al fin y al cabo. Siempre imperan convencionalismos que provocan que retomes el camino de vuelta, aunque sea por la firma de un rey, tú que eres republicana y aunque guardes cerca de las huellas dactilares (por si acaso) el billete que te sacará de aquella máquina del tiempo convulso. Con todo y a pesar de todo, te llueve la impaciencia, despacio, resbalando columna abajo.

Y allí sigue la ciudad amarilla, la misma estación en la que te despediste tantas veces y los besos te vigilan sin freno desde las paredes. Caes en la trampa, claro, y con el rumbo polvoriento del ayer removiéndose en tu nuca, retrocedes sobre tus pasos retomando los hábitos, las esquinas y todos los semáforos en rojo. Así que vuelvo a mis clases enfrente de la fotocopiadora y estudio en los tablones los nuevos profesores de asignaturas que nunca cursé, vuelvo a la cafetería de Derecho, al retiro, al reloj de la Plaza, al césped de Anaya. Regreso a la esquina de Bordadores, en aquella noche larga en la que mezclé tanto que desperté asociando sábanas y amigos, regreso a la sonrisa del día siguiente y al todo seguirá siendo igual (y así fue). Subo de nuevo hasta Libreros, con los apuntes a cuestas, entrar y salir a por un café que la noche es larga y aún quedan muchas horas por delante, un cortado con dos de azúcar por favor. Retomo la escalera que una madrugada de verano, tras tantas circunvalaciones, acabó por llevarme a buen puerto mucho después. Me siento en el Mandala y con el sabor del batido de siempre, rememoro aquél día en que empecé a hacer las cosas bien, aunque no salieran bien hasta mucho después. Me quedo sin llaves en mi antiguo portal, lo que habrán visto estas escaleras en noches de nieves tempranas, las maletas de ida y vuelta, las confidencias, los besos, el día que cerré esa puerta para no volver a abrirla.


Pero también acecha desde los adoquines el único adiós dicho y el nunca más aplicándose indeleble en los pulsos. Acechan los gritos y las noches de cristales rotos, ese sabor metálico, inconfundible, en la boca y un papel roto en mil pedazos que decidí no recomponer. Y mantener así la cordura. Así que, sin querer, vuelvo al bar en el que tomamos la primera copa y a aquél en el que estalló la última, a aquella esquina, junto a la estatua de Unamuno, en el que un amigo intentaba que no cerrase los ojos tan fuerte (mil gracias de nuevo) y el puzzle acaba mojado y deshecho desaguando lágrimas absurdas en las alcantarillas.


Cuando el nudo me atenaza el lagrimal, el reloj de los encuentros me dice que es hora de volver, de volver a marchar, de saltar a la realidad de nuevo olvidando, por prescripción facultativa, los universos paralelos cubiertos de quizás que recorren en silencio las sombras de cada piedra.


Que ya lo dijo el maestro, al lugar donde has sido (in)feliz no debieras tratar de volver.


« Home | Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »

At 8:03 p. m., Anonymous Anónimo said...

te lo dije el otro día, pero después de este texto, con más razón todavía: bienvenida de vuelta.    



At 10:00 p. m., Blogger Iraultza said...

Qué gran frase has elegido de ese maestro (y mira que tiene unas cuantas en sus bolsillos), aunque confieso que precisamente de esa canción siempre he preferido quedarme entre los dedos la frase de la versión que luego cantó otra. Aquello de "...me esperaban dos pies en el suelo, que no se acordaban de mí...". Bienvenida a un universo que no es paralelo, sino el tuyo (y con gato ;-))..    



At 10:24 p. m., Blogger sb said...

el problema no es la vuelta o los lugares, el problema es nuestra memoría que juega a inventarnos un pasado agradable sobre el que poder construir un futuro..

es triste comprobar que la felicidad es tan sólo un recuerdo distorsionado por el tiempo...    



At 7:01 p. m., Blogger el_Vania said...

Lo malo es que siempre se necesita volver. Seas feliz o todo lo contrario. Regresar a sentir el gozo de la dicha y la bajeza de la infinita tristeza. Porque lo sentimos, somos seres frágiles y sensibles que se emocionan en ambas direcciones, más aún cuanto más alejados del eje central de estabilidad de nuestras emociones.
Me he sentido reflejado en el concepto... y lo has detallado tan bien...!
Un beso y feliz puente!
PD: Nueva receta en TeleHuevo!!
Salud/OS!    



At 7:01 p. m., Blogger el_Vania said...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.    



At 7:34 p. m., Blogger (s_gg) said...

Lo malo de volver a un lugar en el que se vivió intensamente es que todo parece estar desubicado, las cosas nuevas que antes no estaban, las que ya estaban que aunque son las de antes no lo parecen, nosotros mismos y, también, algo muy adentro, sentimientos tal vez. Creo que la del maestro es una buena afirmación.    



At 12:54 p. m., Blogger Talk Tonight said...

Soberbio como siempre...
Gracias por moverme algo dentro y ser el eco de esa sabiduría que vez tras vez nos empeñamos en experimentar en propias carnes, pese a que el maestro de turno intente que lo hagamos en cabeza ajena.    



At 1:16 p. m., Blogger Shh... said...

A veces pasa que se confunden las cosas, y no sabes si eras feliz o infeliz.
Supongo que lo que no habría que olvidar es que... nunca debiéramos regresar...    



At 6:26 p. m., Blogger Lydia said...

Suerte, querida, con la vuelta.
Muy sensoriales esos "atisbos bilingües". Precioso.

Besos.    



At 11:59 p. m., Blogger no_se_es said...

sobre casi todas las paredes ya se han posado nuestros ojos. Lo único sería lavarlos y poder ver de nuevo. un abrazo.    



At 2:49 p. m., Blogger Elena -sin h- said...

jesus aunque no lo digas siempre lo siento así

iraultza Esa canción es un cúmulo de frases para guardar en las costuras, aunque las enrede algún gato

beauséant la memoria siempre juega al despiste, magnificándolo todo y la felicidad nunca debería ser un recuerdo

el_vania quizás es sólo que necesitamos comprobar la propia piel de los recuerdos que guardamos...

(s_gg) completamente de acuerdo, no podías haberlo descrito mejor ;)

talk tonight Muchísimas gracias a ti por estar aquí. Y nadie escarmienta en cabeza ajena, a veces ni en la propia logramos hacerlo...

najwa... las cosas más intensas siempre tienen trazas de las dos cosas y cuando regresamos el sabor se multiplica y nos estalla en la boca...del estómago.

dsd Muchas gracias, viniendo de ti es todo un halago!

fer existe jabón capaz de eso? Un abrazo limpio    



» Publicar un comentario
 
   

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.




© 2006 ¿Y a ti aún te cuentan cuentos? | Blogger Templates by Gecko & Fly.
Ninguna parte del contenido de este blog deberá ser reproducida sin el consentimiento previo de la autora.