Café en las manos
Sentada. Mirando por el balcón. Con una café en las manos.
Las pupilas se pierden más allá de las azoteas, zigzagueando entre ventanas abiertas, persianas que se esconden a la luz de una mañana polvorienta. Los primeros días de junio siempre se me inyectan en las venas con más melancolía de la cuenta así que, si no me lo cuido, acabo por tener el corazón infectado de herrumbre y todo adquiere el sabor metálico de las madrugadas desveladas.
La neblina se adormece entre los barrotes de la ventana, desperezándose de los días pasados. Y siempre acabo mirando atrás. Comparando. Analizando. Evaluando. Entristeciéndome. Recordando ese minuto exacto en el que hubiera dibujado el futuro con tiralíneas antes de que me temblara el pulso, las ganas y las piernas. Cuando todo era negro o de mil colores. Tú me dijiste que caminamos siempre creyendo que lo que dejamos atrás es insuperable y así no hay quien no tropiece y deje pasar la piedra más adecuada para este recodo del paseo. Como siempre, puede que tuvieras razón y de tanto pesar lo recorrido, he olvidado tomarle la medida a lo que me espera más allá. Delante de mis ojos. Quizás retomar esa línea desdibujada para enroscármela en los tobillos, los pies descalzos y la cabeza alta.
Sentada. Mirando por el balcón. Con una café acabado en las manos. Sonriendo.
Hmm... esa habitación me suena de algo.
pero es tu sonrisa el motor. no lo olvides.
Muy bonito!!!
[...]Caminamos siempre creyendo que lo que dejamos atrás es insuperable [...]
Me encantó esa frase!!!
por eso, hay recuerdos que saben a café y calientan las manos
abrazos ausientes y aunpartidos desde el norte
por aquí te reproducen...
corta + pega; qué triste.
http://www.fotolog.com/xayi/38847450
me reconozco en ese café, aunque visto desde mi propio balcón.
Bueno, al menos ya está terminando junio, puedes sonreir más tranquila. :-)
siempre nos perdemos en la curva torcida del camino correcto.. siempre queremos volver atrás, lloramos por repetir lo que hicimos porque creemos, ingenuos, que podemos cambiar lo que fuimos..
Los sentimientos y el café son buenos aliados. Un balcón es una cucharada más de azúcar en tu taza. Te acabo de descubrir y me engancho a tu palabra. Te voy a seguir leyendo, desde el Sur.
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