Entonces
Me gustaba cuando me leías por encima del hombro y no tenía que contarte las cosas dejandote papelitos amarillos en los nudillos. Para que los notases al llamar a la puerta y no te olvidases de comprar el pan ni siquiera los domingos. Y me gustaba sentarme al borde de la cama y ponerme de puntillas en el mundo, sin perder el equilibrio hasta que cerraba los ojos e imaginaba una circunvalación atestada, entonces siempre caía hacia el mismo lado y a veces lloraba bajito. Entonces era cuando las ventanas encajaban y el viento no roía las persianas. Y siempre nos sobraba el papel sobre la mesa.
¡Cómo no gustarte!!
Suele quedarme una sensación de serena nostalgia al leerte. Y esa ventana enmarcando siempre el tiempo...
palabras diferentes esta vez, pero siempre emocionantes. Como hablar con una voz diferente, o verse reflejado en un espejo invertido.
De puntillas en el mundo...me parece una estupenda forma de empezar el día.
Un beso sin h.
Pero ahora sobra demasiado papel... Un saludo
Siempre hay épocas en las que sobra menos papel... y épocas en las que sobra más, por suerte...
» Publicar un comentario