Teniendo razón
(A Eneko, porque a veces agota tener siempre razón...)
El mundo no funciona me dices y seguramente tendrás razón porque siempre la has tenido. Porque sé que has vivido demasiadas cosas y te has probado todos los modelos para comprobar, perdido, que no existía ninguno de tu talla. Porque te han fallado todas y cada una de las grandes PALABRAS (así con mayúsculas) que componen el sistema, a ti que siempre supiste bailar tangos curvilíneos con cada letra. Y te has resbalado por todas las alcantarillas y trampas de este túnel viciado y lóbrego que componen las grietas del ser humano. Así que tendrás razón, este mundo no funciona, es verdad.
Tendrás razón al decir que se dibujan las presencias al peso de lo que se esconde en sus bolsillos y de lo que se expone en los rostros y las tallas. En todos los sentidos (hacia delante o hacia atrás) valemos lo que pesamos. Y tú y yo que siempre lo hicimos todo a zurdas confirmamos que las malas intenciones también desgarran carne viva y que las buenas a veces se sienten demasiado poco, o demasiado lejos, según como pongamos el mapa. Tienes razón al hablar de toda esa mierda que escapa de los sumideros porque han perdido la capacidad de tragar, y no porque se nieguen a hacerlo, sino porque han terminado rebosando. Así que hace frío y se agrietan en tus manos todas las estufas. Porque no ves alternativas. Cuando te digo que las hay me miras clavando esa oscuridad incierta en los huecos de mi retina y con ese cariño calentado con los años me dices que siempre fui una utópica. Y volverás a tener razón. Como siempre.
Sin embargo, te olvidas de que siempre me gustó el do de pecho, llenando los pulmones, fraguando el aire y esculpiendo opciones en las ramas de los árboles. Donde puedan verse pero donde no sea tan fácil atraparlas. Y tú las ves como yo pero te has olvidado de como mirarlas. Son las mismas de antaño pero no puedes alcanzarlas si pones una cantera a tu espalda y te atas las pestañas a los zapatos. Sólo tienes que darte una oportunidad y no perder la mirada en las nubes de tormenta que se engarzan con los álamos. Y lo sabes. Sólo que a veces necesitamos que alguien venga y nos grite despacio que para conseguir algo, tenemos que querer conseguirlo, alargar los brazos. Por eso es a mí, a aquella que siempre fue una utópica, a la que recurres, porque tú hoy, sin saberlo, buscabas que, aún teniendo razón, no te la diera.
El mundo no funciona me dices y seguramente tendrás razón porque siempre la has tenido. Porque sé que has vivido demasiadas cosas y te has probado todos los modelos para comprobar, perdido, que no existía ninguno de tu talla. Porque te han fallado todas y cada una de las grandes PALABRAS (así con mayúsculas) que componen el sistema, a ti que siempre supiste bailar tangos curvilíneos con cada letra. Y te has resbalado por todas las alcantarillas y trampas de este túnel viciado y lóbrego que componen las grietas del ser humano. Así que tendrás razón, este mundo no funciona, es verdad.
Tendrás razón al decir que se dibujan las presencias al peso de lo que se esconde en sus bolsillos y de lo que se expone en los rostros y las tallas. En todos los sentidos (hacia delante o hacia atrás) valemos lo que pesamos. Y tú y yo que siempre lo hicimos todo a zurdas confirmamos que las malas intenciones también desgarran carne viva y que las buenas a veces se sienten demasiado poco, o demasiado lejos, según como pongamos el mapa. Tienes razón al hablar de toda esa mierda que escapa de los sumideros porque han perdido la capacidad de tragar, y no porque se nieguen a hacerlo, sino porque han terminado rebosando. Así que hace frío y se agrietan en tus manos todas las estufas. Porque no ves alternativas. Cuando te digo que las hay me miras clavando esa oscuridad incierta en los huecos de mi retina y con ese cariño calentado con los años me dices que siempre fui una utópica. Y volverás a tener razón. Como siempre.
Sin embargo, te olvidas de que siempre me gustó el do de pecho, llenando los pulmones, fraguando el aire y esculpiendo opciones en las ramas de los árboles. Donde puedan verse pero donde no sea tan fácil atraparlas. Y tú las ves como yo pero te has olvidado de como mirarlas. Son las mismas de antaño pero no puedes alcanzarlas si pones una cantera a tu espalda y te atas las pestañas a los zapatos. Sólo tienes que darte una oportunidad y no perder la mirada en las nubes de tormenta que se engarzan con los álamos. Y lo sabes. Sólo que a veces necesitamos que alguien venga y nos grite despacio que para conseguir algo, tenemos que querer conseguirlo, alargar los brazos. Por eso es a mí, a aquella que siempre fue una utópica, a la que recurres, porque tú hoy, sin saberlo, buscabas que, aún teniendo razón, no te la diera.
qué bello leer algo así antes de salir de casa.
Es increíble. Tu forma de escribir, de dar las gracias. Y este texto es tan bonito... yo soy mitad Eneko mitad tú según el día y a quién tenga a mi lado.
Un beso grande.
que buen regalo.
en esos desconciertos quizá sólo se necesita a alguien que te confirme que tu camino es "el bueno".. aunque en verdad nunca lo sepa ninguno de los dos.
abrazos.
ahora que el texto está completo :), qué bien sienta gritar despacio. Como comer despacio, follar despacio y besar despacio...
Niña, tú nunca me das la razón y esa es una de las cosas por las que te quiero tanto. Otra de ellas es, esto, tu capacidad para conseguir que vuelva a salir el sol (hoy de nuevo está soleado). Otra más es precisamente tu utopía, tu sonrisa a pesar de todo, tus puentes, tus escaleras.
Siempre te lo he dicho y sabes que siempre tengo razón: eres especial.
Eskerrik asko eta mila musu niña
Pero que bien escribes, especialmente sin mirar. Suscribo las palabras de Eneko y suscribo las tuyas, es por eso por lo que me he quedado sin ellas.
Ubu_roi... quizás el problema sea ese, que ninguno nos atrevemos a poner nuestro granito de arena para repararlo...
Shin... si alguna vez reaparece tendremos que darle la razón a ese amigo común ;)
efesor... me alegro :)
alzhu... me vas a poner colorada! Y todos cambiamos de piel de vez en cuando, a veces descubrimos las opciones a otros y otras, nos las descubren a nosotros, eso es lo bonito :) un beso de nutella y plátano :)
fer...y ni siquiera que sea el buen camino, sólo que no se está solo en él...
el_hombre_que... tú eres hiperactivo ;) por eso te gusta hacer las cosas buenas tan despacito
eneko... y yo siempre he dicho (y sabes que tengo razón) que lo que soy es en gran parte gracias a vosotros ;)
Natxo... recuperalas pronto anda! que sabes que me encanta leerte :)
Mamen... Hace poquito le dije a alguien que justo el momento en el que crees haber caído del todo, ese momento gris sin cielo, es el inicio de todo. Te lo digo yo que soy casi experta en eso ;) Te convenceré pronto de ello, prometido :) recuerda que la misma vuelta que te empuja al fondo, puede llevarte de nuevo arriba :) Besos sustentadores :)
Es dificil el caminar, pero con compañeras como tú, se hace mas fácil. Gracias por tu comentario. Besos,
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