Receta de los gestos medidos o Con las manos en la masa
Ingredientes para dos personas (si se incluye alguna más se corre el riesgo de producir terrones de amargura en el resultado final):
- 50 gramos de miradas cómplices al borde de la almohada
- 50 gramos de saliva dibujando espirales imposibles en cualquier hueco recóndito
- 25 gramos de dentelladas de azúcar en cada costilla
- 100 gramos de besos con sabores a elegir (se recomienda leche merengada, menta, chocolate, cereza o piruleta)
- 25 gramos de abrazos realizados (a traición o no) desde la espalda y otros 25 gramos de abrazos a piel desnuda
- 100 gramos de caricias de distinta intensidad (a gusto de los comensales)
- Un puñado de aliento en la nuca
- Una cucharada (sopera o de café) de vicio y algo de desorden
Se necesitará un molde amplio, que permita que la mezcla gire y exponga sus rincones para dorarse por igual. En la mayoría de los casos no se precisa de horno, sólo déjese reposar los ingredientes (tener cuidado, en ocasiones la mixtura se vuelve tremendamente inflamable).
Ponemos en un anochecer los besos, pueden aderezarse con farolas bizcas o luciérnagas cansadas e incluso con jardines de verano y le añadimos los abrazos a la espalda. Amasamos con las manos desnudas y la piel de gallina mientras cerramos los ojos, cuando obtengamos una masa rojiza (conforme avancemos en la receta este color aumentará hasta, seguramente, estallar en grana) cambiaremos a otro recipiente (dependiendo especialmente de las condiciones atmosféricas y de las posibilidades de cada cocinero). Entonces deshojaremos los abrazos a piel desnuda y las caricias tecleando el camino de cada arteria mezclándolas uniformemente con el resto de la masa. Seguramente cambie el color y la temperatura, no debemos alarmarnos, a más intensidad de color y calor posiblemente obtengamos un mejor resultado final.
Ahora es el turno de la saliva y las dentelladas que se batirán con el resto de ingredientes. Es importante repasar las curvaturas, morder los grumos y respirar en la boca ajena. Para obtener la consistencia adecuada completamos con el aliento a buen ritmo y la cucharadita (de café o sopera cómo se prefiera) del vicio y el desorden y se complica hasta que nos quemen las manos, se nos agoten los pulmones y se empañen las mañanas al vaho de las manzanas. Dejaremos macerar hasta recuperar el resuello.
Advertencia final: Hacer esta receta puede resultar adictivo, es posible que, tras la maceración de las sábanas, se quiera probar de nuevo la receta con ingredientes similares y resultados semejantes. ¡Bon apetit!
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on 23 ene 2006 at 10:51 p. m..
You can skip to the end and leave a response.
Con esta receta es imposible que nos empalaguemos aunque puede que corramos el riesgo de empacharnos, incluso de apurar los restos ;)
¿Qué decir de la foto? Me suena ese ombligo ;) aunque me pregunto cómo has conseguido hacerte esa foto. Preciosa.
a veces, hasta este tipo de receta conlleva más gramos de una cosa y menos de otras, y se modifica el pacto, y complica los resultados...
contigo es bonito elegir una silla y senterse, convertir en tus historias en algo transportable, manejable para mis manos. me quedo.
Nunca me había parado a pensar en que hubiera receta para eso, no soy cocinero, yo trabajo mejor la parte degustativa, pero me ha gustado saber que hay una receta para eso. ¿Tú crees que es así?.
¡Tomo nota!Te descubro, espero que todas mis visitas sean tan dulces como ésta.
GATO NEGRO
luego me leo tu post q ahora ando liadillo...
vamos...
q si quieres venir, ya sabes, dos semanitas en abril... y ale...
bss
dg
Una vez sugerí ese plato, pero no está incluido en mi menú.
Natxo... Apuremos, apuremos. La foto, con mucha maña y grandes dosis de equilibrio ;)
Efesor... algunos la prefieren más dulce, otros más salado, yo desaconsejo lo amargo, pero ya se sabe, depende del gusto de los comensales. Busca un buen lugar para sentarte y quédate todo el tiempo que quieras por favor...
d... creo que cada uno formulamos nuestra propia receta y vamos añadiendo ingredientes quitando otros, probando al fin y al cabo, pero no, no creo qe exista la definitiva, eso le haría perder el gusto ;)
Mamen somar... Improvisa! y pasate por aquí a recomendarnos los nuevos ingredientes ;) me fío de tu ojo de cocinera de escalofríos :)
Gato negro... gracias por la visita! guardaré onzas de chocolate entre cada línea para que no te falte lo dulce ;)
Diego... Vuelve, vuelve y no me des ideas, no me des ideas...
un pez plátano... platos alternativos?
Con recetas como ésta, ¿a quién se le puede dar mal cocinar? Pero como en todo, cada maestrillo tiene su librillo.
Mejor no pregunto qué tal : )
Un abrazo grande, grande, y largo, largo, y alto, alto ; )
Mejor no guardar nada y abalanzarse sobre tales manjares, no sea que sus características organolépticas se pierdan.
una receta muy apetecible para saciar los sentidos...tomaremos nota...
abrazos elípticos desde el invierno
Tomo nota de tu receta. Prometo volver si gusta ;)
Un abrazo!!
Tomo nota de tu receta. Prometo volver si gusta ;)
Un abrazo!!
Ñam ñam ñam. Al final no me ha quedado muy claro: se mete al horno y hay que esperar, ¿no? ¿nueve meses? Jeje. Gracias por abrirnos el apetito. Un beso.
Maga... Yo recomiendo probar hasta que salga al gusto ;) Genial, genial... Un abrazo de esos que envuelven :)
Ubu roi... yo que tú no la metería en la nevera, mejor consumir mientras se cocina o quizás se escarche
estranxeru... Eso es ;)
pqueno... saciemos, saciemos, saciemos, saciemos, saciemos... (uno por cada uno de los sentidos)
alzhu (y alzhu)... te esperamos con los sentidos alerta :)
ovitx... acabo de llegar de ver a Sabina en concierto... Simplemente genial :)
Lehendakari... casi que mejor no esperamos tanto y se consume al momento con cuidado de no marcharnos ;)
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