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¿Y a ti aún te cuentan cuentos?

 

Domingo de agujas horarias

Hoy vuelvo siendo más yo, dejando atrás una época y quizás una forma de ver el mundo. Hoy vuelvo siendo la misma pero con otro nombre. Sherezade llevaba mucho tiempo para esta sombra cambiante y tocaba dejar de esconderse (tanto) tras un apodo. Así que hoy vuelvo siendo más yo: Elena –sin h-

Hoy no es domingo y no se pegan las sábanas más allá de las once. No. Hoy es día de diario y con el café desaguan los retazos de noche, el reloj martillea los pulsos marcando un ritmo frenético que nunca es suficiente para todo y que te impide parar a respirarte como debes. Bailas delirante con el asfalto pero te abruma la sensación de que tus pasos no hacen más que naufragar en relojes de arena, caliente y pesada, reteniendo el tiempo siempre más allá de las yemas de tus dedos. Y llegas, en un círculo inexorable, a la misma noche cerrada donde a cada hora dejas tus sueños para más tarde.

Hoy no es domingo y quiero romper ese reloj de arena. Hacer añicos los cristales y construirme una vidriera que refleje el sonido del mar por las mañanas. Quiero romper ese reloj y fundar una playa entre tus costillas, abrigada de los vientos de prisa inútil. Quiero hacerme un collage en el que los segunderos bailen un tango con los minuteros, las agujas horarias formarán un jurado imparcial que elegirá aquella pareja con el ritmo más desacompasado, el premio, como no, la libertad dibujada más allá del ancla a un reloj de pulsera. Quiero esa libertad, ese aire paseando en el espacio desnudo de mi muñeca, deteniéndose cuanto quiera, sin culpas, sin fallos, sin que sea necesario no hacerlo.

Hoy no es domingo pero quiero actuar como si fuera un domingo de película americana. Despertarme enredada por los retales de sueños elegidos en fase REM, enmarañada en el calor de tu cuerpo, respirando sereno el roce soleado de la piel y besarte despacio, astillando el tiempo al chocarse con nuestros labios. Desayunar con los pies en el sofá, jugando con el gato que lleva despierto horas y muerde sin morder mientras ronronea creyendo, ingenuo, que es domingo. Y leer en un café sin ruido definido o tumbada al sol mientras escucho tus acordes amortiguados por la hierba y perderme en cualquier calle y pisar la arena de la playa o perseguir las olas como si nunca fueran las mismas. Quiero tomarme un café con amigos y ver a mi madre sonreírle al futuro y creer yo misma en ese futuro de primavera en ciernes. Quiero tener en la mano ese reloj y no sentir que es mi vida la que se escurre, sin sentido, perdiéndose irrecuperablemente.

Últimamente, quiero que siempre sea domingo.

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At 6:40 a. m., Blogger jesus said...

Bueno, sabes bien que los domingos hay que construirlos a base de lunes, y que sin ayuda es tarea imposible. Y si no es domingo, que al menos sea fiesta de guardar, rato libre por la tarde, escapada corta como un parpadeo. Aspirar a esos amaneceres que cuentas es algo perfectamente razonable.    



At 9:57 a. m., Blogger BLQ said...

te deseo que este cambio en... ¿tu vida? ¿de ti misma? de tu mundo en definitiva... sea para bueno y vaya acompañado de alegrías.

Sinceramente, tu texto es bello y gracias por compartir tu cambio con nosotros, pero si cogemos la última frase, no para minimizarlo, ni quitar importancia al resto, sino como grito final y esperanza, pues estando solo y al final, tiene gran importancia. Disfruta del resto de los días como si fueran domingos, disfrutalos bien, vale la pena.    



At 12:48 p. m., Blogger el_Vania said...

Yo casi prefiero el sábado, Elena.
Los domingos suele haber menos vida por las calles, más sitios cerrados, y lo que es peor, son víspera de lunes.
Sí, me quedo con los sábados.
Estoy harto de ver correr los días y que queden perdidos y estériles por culpa del trabajo. No tener tiempo para nada es lo peor.
Por eso mis sueños, juegan a la primitiva. Para, si suena la flauta, hacer de mi vida un sábado.
Salud/OS!    



At 11:04 p. m., Blogger Iraultza said...

Todos los domingos como ese que cuentas, tan delicioso, tan gustoso, que se enreda en los labios y deja un resabio dulce y apaciguador, que se modela con todo el tiempo del mundo en un despertar largo como una buena playa o un café de desayuno...me gusta ese domingo que cuentas. Besos con suplemento dominical.    



At 5:07 p. m., Blogger sb said...

hemos pasado de la misteriosa mujer que pedía la cabeza de hombres que la habían despechado, a ser la hermosa mujer por la que miles de hombres murieron en una guerra sin sentido..

para mi le misterio es el mismo ;)    



At 3:03 p. m., Blogger Alnitak said...

A veces simplemente nos apetece ser solamente nosotros mismos. Yo no sé tus motivos ni los preguntaré, quizás tampoco tú los sabes, pero me ha encantado el texto escrito por Elena -sin h-. Acabo de quedarme con la boca abierta, tu texto es todo un derroche de sentimientos y emociones tan bien contados que no dudo en guardarmelo para invitar a mis lectores a visitarte.
También puede ser que ultimamente empatizo mucho con el tema, yo también quiero que sea siempre domingo...    



At 5:38 p. m., Blogger Talk Tonight said...

Tremendamente bello, siempre es un placer volver aquí y leer con toda la calma del mundo tus textos. Tienes un don para escribir y, a mi, consigues llegarme muy adentro con cada uno de ellos.
Espero que en estos tiempos de cambio en la que pareces sumida, la diosa fortuna te sonría un poco y, desde luego, nunca dejes de ser tu misma (sin h por supuesto).
Disfruta, las horas sólo pasan para el que las vive!!!    



At 5:09 p. m., Blogger Shangri-la said...

Hola. Te invitamos a visitar nuestra publicación. Un saludo.    



At 4:21 a. m., Blogger Sweet carolain said...

Muy bueno saludos y te espero por mi espacio te agrego a favoritos caro    



At 2:54 a. m., Anonymous Anónimo said...

Elena, llevo mucho tiempo leyéndote, con idas, venidas y desencuentros conmigo misma que me impedían mirar más allá de un ombligo. Y vuelvo y te encuentro maravillosa, sonriente, feliz y con tu propio nombre al otro lado de la pantalla. Y me alegro, me alegro tanto...    



At 1:24 p. m., Blogger E said...

Yo también
quiero que sea siempre domingo, siempre que nos veamos así,

"con los domingos enteros".


Precioso y preciso para volver. Siempre.    



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