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¿Y a ti aún te cuentan cuentos?

 

Nothing

Al final llega a no importar. Sólo te acaricia el tuétano cuando el viento te pilla a traición desnuda entre las sábanas, y ni siquiera entonces, llega a erizarse tu piel. Aquello se lo llevaron tus manos. Y lo sabes, igual que sabes que el tiempo zozobró todas las olas, hasta que yo me convencí de que no iban a lograr fabricar los contrapesos adecuados para la laguna más vacía del mundo. Me convencí, te convencí y decidimos convencernos incluso con los ojos cerrados. Incluso mientras encallábamos, o quizás por ello, seguimos serenos tragando lágrimas porque era así, porque era lo inevitable.

Así que ya no duele, ni siquiera en aquel timbre, no sé si aún lo recuerdas, cuando arañabas con los ojos abiertos mi labio casi cerrado, y yo reía para amortiguarte las dudas, para quitar peso al vacío que se quedó, después de después, en los ojos acuñados de herrumbre. Obviamente, no logré nada, tú no conseguiste mirarme más allá de los cristales ahumados en ceniza y yo me tragué tantas palabras que perdí la capacidad de escucharme a mi misma (a veces pasa).

Y al final llega a no importar. Aunque aún duela.

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At 3:45 p. m., Anonymous Anónimo said...

Pero aunque sólo sea en ese momento, cuando miras al cielo y no ves que nada vaya a caer para echarte una mano. En ese momento duele, a pesar de que conseguimos respirar treinta veces por minuto sin necesidad de pasado. Como pensar en la meta cuando acabas de empezar a correr y aún tienes que subir a lo más alto para mirar desde allí y poner algo al otro lado de la balanza.    



At 5:39 p. m., Blogger el_Vania said...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.    



At 5:41 p. m., Blogger el_Vania said...

Historia de desamor, de ruptura. Analítica vista desde la perspectiva del día después.
Sincera, cruda, visceral.
Hace daño esa sinceridad, ese desgarro del alma a través del cual cualquiera puede mirar, tanto la persona interesada como los meros transeúntes que como yo, pasamos por el sitio preciso en el instante adecuado.
Me encantan los posts sinceros y viscerales.
Directos al tuétano, como dices.
La verdad duele, pero es necesaria.
Un saludo!    



At 8:16 p. m., Anonymous Anónimo said...

Me encanta como escribes... siempre consigo identificarme con tus textos

Un saluDo** :)    



At 12:04 a. m., Blogger sergisonic said...

lo expresas muy bien.
demasiado bien.

un petó    



At 11:32 a. m., Blogger sb said...

llega a no importar, o al menos eso crees, porque un día te encuentras escrbiendo unas líneas sobre algo que te habías prometido olvidar.. conozco esa sensación ;)    



At 1:17 p. m., Blogger Unknown said...

que triste eso de tener que tragar,
ya sean lágrimas o palabras...

la cuestión es saber como liberarse y donde, yo aun estoy en un proceso de esos de soltar más de lo que puedo, como una especie de exigencia.

quizás sea hora de dejar a los demás en paz.    



At 2:23 p. m., Blogger Para, creo que voy a vomitar said...

Qué bonitas/tristes imágenes, como siempre :)

A veces la nada duele más que el "algo" o el "mucho"... No me gustan las "nadas", sin embargo, a veces, no puedo evitar revolcarme en ellas.    



At 2:55 p. m., Anonymous Anónimo said...

Y al final llega a no importar. Aunque aún duela

Y porque aún duele es por lo que sabemos que ya no queda nada. No existe lo que pueda amortiguar eso.

Tú escribiendo títulos en inglés... :p    



At 2:16 p. m., Blogger Ignis fatuus said...

Y entonces quizá sea el momento de volver a escucharse uno mismo. Quizá el único camino que no merece la pena perder, no?
El resto quizá no son por necesidad tortuosos si no nos olvidamos a nosotros mismos por el camino.    



At 5:30 a. m., Blogger Unknown said...

creo q cada vez q te leo, me encuentro suspendida en alguna frase, se me eriza la piel, y empiezo a respirar mas despacio, tratando digerir imagenes y recuerdos....seguí asi!! me declaro fanatica de tu pluma, de tu letra ingeniosa....    



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