No te vayas

“No te vayas”. Y esas tres palabras, cuatro sílabas, un abismo, caen sin ruido a la sima de los despropósitos. Nueve letras que contienen el chasquido metálico de la última bala en la recámara, un disparo que soy incapaz de lanzar, ni tan siquiera al aire.
Porque no vas a quedarte. Porque mientras el tiempo se oxida en mi boca, al contacto con tu saliva, tú vuelves a irte a una realidad en la que no soy capaz de arañarte el alma. Ni una décima de segundo. Mientras, yo destrozo las baldosas de Madrid y recuerdo errores antiguos, canciones cíclicas, heridas -cicatrices quizás- de hace tanto que mi calendario ha decidido mudarse al blanco como síntoma de un luto tan obtuso como seguir esperándote. Como dibujar a mano alzada tus labios un segundo antes de que mis barreras se fundieran a negro. Como besarte. Y amanece en el lugar más bonito de esta ciudad vampiro cuando proyecto en el fondo de mis párpados las diapositivas de un error que no duele como tal, que no supura arrepentimiento y que solo sabe a tu saliva reverberando en todas las terminaciones nerviosas. Hasta que tres palabras se me enraizaron en los labios sellando una salida que no existió nunca. “No te vayas”; pero hace horas que te fuiste.
Y no vas a volver. Aunque aún te espero, aunque te he escrito señales de humo y he querido señalarte el camino con mis huellas dactilares en el cielo de la boca. Aunque no haya sido capaz de pedirte que te quedes.
Sonando: “La chispa adecuada” de Héroes del silencio.
La foto es de Cécile Geller
1 comment:
"No te vayas", tengo tanto amor dentro de mí que, si te vas, no sabré que hacer con él, "no te vayas", tengo tantas cosas por enseñarte que, si te vas, desaparecerán de mi universo, "no te vayas", tengo preparadas para tí besos y caricias que, si te vas, se perderán como el agua entre los dedos, "no te vayas", te amo.
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