Atrás y adelante
De pequeña, escribía cartas al final del año haciendo un extraño balance con la objetividad como rehén conocida. Con el tiempo se convirtió en un lastre que iba solidificándose, muerto en mis tobillos, amargo en el cielo de la boca. Siempre se me dio mejor mirar en blanco y negro que en color. Aunque aquella costumbre también tuvo su fuerza, su utilidad aunque doliese; sé quién soy y porqué soy, sé mirarme a los ojos de seguido y, cuando los chaparrones sólo caen fuera, tengo fe en lo que veo.
Así que este año he decidido seguir con mi tradición y hacerla doble. Repasar lo recorrido mientras contemplo el camino que aún tengo ante mis pies. Mirar en el retrovisor sin perder de vista el horizonte, allí donde no termina de ponerse el sol. Que dicen, así es como se conducen las mejores vidas.
Atrás y adelante, al final es sólo cuestión de perspectiva.
a mí me siguen gustando esos números, los que no podía ver eran los pares, en especial el 8, uff, qué tirria le tenía! jeje
pues sí está bien eso de hacer una especie de fotograma del año, yo también pensaba hacerlo pero me da una pereza -porque creo que el balance de este año es positivo, pero he pasado algún trimestre con el estómago punzado
en fin, signiorina desconocida a la cual llegué por blogroll de blogroll (y a la cual seguí por su cautivadora descripción de ojos desperanzados); lo que decía, feliz 2010^^
A mi tampoco me gustaban los números impares, pero al parecer formaba parte de la neurosis infantil de control y orden, uno para cada uno...
al final resulta más divertido lo "desparejao" como diría mi padre, incluso los calcetines!
buen año!
Mi número preferido sigue siendo el 7... Espero que este año que ya marchó sí pudieras ir a ver a Quique González al Antzoki. Un saludo
A mi también se me dio mejor mirar en blanco y negro que en color, el color es un aderezo que se pone para despistar; lo esencial no tiene tantos matices.
Me encanta tu manera de escribir, ya te lo he dicho, y te sigo... que lo sepas.
Un beso muy grande desde Málaga City
A mí, me cuentan cuentos y me los creo. Pero...no sé si me gusta
nos ha dado a los dos por mirar por el retrovisor en nuestros textos.. deben ser los principios de año que obligan a los balances y las cuentas..
A mi me resulta terriblemente difícil mirar hacia adelante cuando dejo un 2009 dificilmente superable, y comienzo un 2010 en el que no sé donde caminar, pero me tomo tu texto como un apoyo para intentarlo.
:-)
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