Ayer

Ayer cuando mis ojos podían perderse escalando cada una de tus vértebras y luego caían en la montaña rusa de tus silencios, hasta que me callabas los susurros a fuerza de pequeños besos enmascarados de dudas. Cuando tenía tantas cosas por las que brindar que apenas podía dejarlas salir todas de golpe, mientras tú me agarrabas las manos y me cambiabas el nombre, haciendo que la granadina se me subiera a las mejillas. Ayer cuando las noches pasaban tranquilas sabiendo que al abrir los ojos podría comerme, pedazo a pedazo, cada una de las ilusiones que una noche de verano colgué de una estrella de 7 puntas. Puede que esa estrella se suicidase una de esas madrugadas en las que no miraba al cielo porque estaba entretenida contándote los lunares en las pupilas de unos ojos que miraban mucho más lejos.
Así que se fueron tus ojos y yo ahogué la ausencia de tu piel en el vidrio del fondo de un vaso de cerveza. O de vozka. O de ron. Qué más daba? Ninguno dejaba suficiente resaca como para que me estallase la cabeza . Y paseé entre arañas y recorté en cada esquina retazos de tu recuerdo para colgarlos de los árboles más cercanos y así asegurarme de no poder olvidarte. Y eso fue sólo el comienzo. Siguiendo el rastro de la estrella que se suicidó persiguiendo tus abrazos fueron cayendo las otras 7 puntas de las ilusiones que una noche de verano colgué del firmamento. Ahora que las olas se han llevado al fondo del mar todo aquello por lo que un día decidí coleccionar momentos, no tengo más que dejar escapar entre mis dedos la arena de la playa, a ver si un día consigo recuperar el cuerpo de la estrella que un día decidió sacrificarse aprovechando que yo no miraba. O permanecer de rodillas mirando una habitación vacía cargada de recuerdos que no llegaré a plasmar en sus paredes, de palabras que carecen del significado de un dibujo que ni siquiera fui capaz de romper. Tú sólo fuiste el primero en caer, la primera herida de esta tragedia en la que la única que no come palomitas soy yo, con lo que siempre me han gustado. Y ahora ni siquiera soy capaz de mirar al cielo en busca de una estrella suicida para pedir cien deseos, desde éste lugar no puedo mirar hacia arriba.
2 comments:
dónde te has escondido tanto tiempo...
me gusta.
Muchas gracias!...estaba intentando vencer la timidez de que alguien leyese lo que escribo! Pero he venido para quedarme.
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