¿Y a ti aún te cuentan cuentos? |
Infalibilidad2 oct 2012
Lo
malo de la revoluciones es que siempre acaban pronto. Tú entonces no
lo sabías, aún creías (aún crees) en esas grandes palabras que, al final,
siempre quedan relegadas a los felpudos de los grandes eventos.
Ojalá
no fuera tan descreída. Ojalá no bastase un solo instante para que
todo caiga de mi trapecio tan terriblemente firme, tan establecido a
fuerza de no errar. Ojalá me equivocase tantas veces que he sabido
que no lo hacía, ojalá agotase el paternalismo con mi propia
sombra, ojalá desaprendiese todos los trucos para hacer visible el
pentagrama que siempre se esconde tras el acto principal. Pero no,
me he condenado a la amargura de mi propia infalibilidad.
Y lo
malo de las revoluciones es que siempre acaban pronto. O no empiezan.
Y no llegan.
La foto es de r2hox
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